Los “terribles 2 años”: una etapa llena de descubrimientos
Entre los 24 y los 36 meses, muchos niños y niñas atraviesan la etapa conocida popularmente como los “terribles 2”. Aunque el nombre pueda sonar complicado, en realidad estamos hablando de un periodo natural, esperado y necesario en su desarrollo.
Lejos de ser una etapa negativa, es un momento en el que el niño empieza a construir su identidad, ganar autonomía y ensayar sus primeras habilidades sociales y emocionales.
¿Qué pasa en esta etapa?
Durante estos meses, los avances son muy visibles y abarcan distintas áreas del desarrollo:
-Búsqueda de autonomía
El “¡yo solito!” se convierte en la frase protagonista. Los niños quieren vestirse, comer o subir escaleras sin ayuda. Aunque puedan frustrarse cuando no logran algo, este impulso es clave para su autoestima y seguridad.
-Explosión del lenguaje
El vocabulario se amplía rápidamente. Pasan de frases simples (“quiero agua”) a expresiones más complejas (“quiero agua en mi vaso azul”). Este progreso les da poder para comunicarse, pero también puede generar enfados cuando no consiguen expresarse como desean.
-Afirmación del “yo”
Es la etapa de los frecuentes “no”, las rabietas y el deseo de tomar decisiones por sí mismos. Detrás de estas conductas no hay rebeldía gratuita, sino una necesidad de autoafirmación. Están aprendiendo que son personas independientes de mamá y papá.
-Juego simbólico
El juego da un salto cualitativo. Comienzan a representar escenas cotidianas (dar de comer a un muñeco, jugar a médicos, conducir un coche imaginario). Este tipo de juego es fundamental para la creatividad y el desarrollo cognitivo.
-Desarrollo motor
Los avances motrices son evidentes: corren, saltan, trepan y se desplazan con más seguridad. El movimiento es su lenguaje, y a través de él exploran y conquistan su entorno.
-Habilidades sociales
Aunque todavía predomina el juego en paralelo (jugar junto a otros, pero sin interactuar del todo), empiezan a surgir los primeros momentos de juego compartido. Aquí aprenden a esperar turnos, imitar y compartir.
Claves para acompañarles en este camino
Como adultos, podemos convertir esta etapa en un tiempo más llevadero y enriquecedor si acompañamos desde la comprensión y la calma:
Mantener rutinas claras → les aportan seguridad y previsibilidad en su día a día.
Poner límites firmes, con calma y afecto → los límites no deben ser rígidos ni punitivos, sino guías que les ayuden a orientarse.
Validar sus emociones → poner palabras a lo que sienten (“entiendo que estás enfadado porque no quieres recoger”) les enseña a identificar y regular sus emociones.
Fomentar la autonomía → pequeñas tareas como guardar un juguete, elegir su camiseta o ayudar a poner la mesa fortalecen su confianza.
Ver las rabietas como un aprendizaje → no son un problema, son una forma de expresar frustración cuando aún no tienen recursos para hacerlo de otra manera.
De los “terribles” a los “maravillosos 2”
Aunque a veces resulte agotador, esta etapa no debería vivirse como una crisis, sino como un salto evolutivo lleno de oportunidades. Los “terribles 2” son, en realidad, los maravillosos 2: un tiempo en el que tu hijo o hija crece a pasos agigantados, descubre el mundo con todos sus sentidos y empieza a construir su identidad.
Con paciencia, presencia y mucho amor, los adultos podemos ser ese refugio seguro que necesitan para crecer libres, seguros y felices.
En Movimentes creemos que cada etapa del desarrollo es única y valiosa. Acompañar con respeto y comprensión estos primeros años es sembrar bases firmes para toda la vida.